31 octubre 2006

Dos por el precio de uno

Así a lo tonto me he enganchado a Bones. No es la mejor serie de investigadores del mundo pero me gustan los personajes que es a lo que se reduce todo. La pareja protagonista tiene química y por supuesto tensión sexual que nunca deberá resolverse por el bien de la serie.


Como lo más entretenido del mundo es hacer listas, aquí van unas cuantas de mis parejas televisivas favoritas. En Los vengadores mi época favorita fue la de Emma Peel en B/N, creo que fueron mis primeros encuentros con el humor absurdo. Un gentleman como Stead nunca podría llevarse al catre a la señora Peel. Ella no estaba soltera si no que su marido había desaparecido en la guerra.


Nada mejor que un caradura y una chica lista para una agencia de investigadores. Por supuesto el romance entre la señorita Holt y Remington Steele siempre flotaba en el aire. No fueron los primeros, pero por lo visto Stephanie Zimbalist y Pierce Brosnan no se llevaban demasiado bien fuera del plató. Hace poco vi el piloto por primera vez y la serie sigue funcionando.


Los que se tiraban los trastos a la cabeza de manera notoria eran los otros detectives de moda de los '80. Cybill Sheperd y Bruce Willis no se podían ni ver, pero toda esa pasión en odiarse supongo que vino bien a su química en pantalla. Su rollo dió mucho de que hablar y para muchos la serie terminó allí. Lo cierto es que yo me divertía con las cosas estrambóticas que sucedían pero es cierto que la serie acabó siendo demasiado extraña. Aunque la tengo bajado no se que tal ha envejecido.


La siguiente pareja son por supuesto Mulder y Scully. En la serie paranoica por excelencia se pasaron las temporadas tratando con humor los acercamientos amorosos y los celos. A bote pronto tenemos los celos de Mulder hacia el sheriff en Mala sangre, los de Scully en el capítulo de las cucarachas y los besos robados en el capítulo en B/N de los nazis. También fue tronchante el capítulo en el que el doble de Mulder intenta ligarse a Scully. Hay que descatar el cambio espectacular de Gillian Anderson (para mejor) a medida que pasaban las temporadas. ¿Llegará alguna vez la famosa segunda película de Expediente X?


Para el final mi pareja favorita que solo podía estar en mi serie favorita. Maggie O'Connell y Joel Fleishman recogen el testigo de la guerra de sexos del Hollywood clásico. Joel era demasiado orgulloso, uno se iría con Maggie O'Connell a Alaska o a donde hiciera falta. El riesgo de que te caiga un satélite en la cabeza o de congelarte en un glaciar merece la pena.



24 octubre 2006

The best post that never was

¿A quién no se le ha ocurrido una idea para una serie mientras filosofa en el trono? A mí no, desde luego. Sin embargo, hay pilotos que deben de haber surgido de peores lugares.

Los ejecutivos o suits (si mi inglés es lo bastante bueno) son esos seres malignos de los que nos acordamos cuando cancelan nuestra serie favorita, aunque también son los que dan luz verde a las que serán nuestras series favoritas. En su trabajo existe un lado oscuro, tienen que ver pilotos y decidir si aquello merece la pena. Supongo que ver un bodrio so-bad-is-good de vez en cuando estará bien, pero si la cosa se repite a menudo te pueden entrar ganas de bombardear Wisconsin o de cancelar la primera serie que se te ocurra. A los hechos me remito.

¿Cómo variar los parámetros de la típica serie de policías? Nada mejor que matar al protagonista y hacer que se reencarne en un perro. Eso es Poochinski, poo es caca así que vemos que no van a por el Emmy. El problema de tan ingeniosa idea es que luego te hacen un perro como el gato de Sabrina (la moderna) y la cosa se despendola.


Como los perros son muy queridos podemos llegar a K-9000 que no es precisamente mil veces mejor que Superagente K-9. Aquí un policía tiene un accidente y acaba con un chip en la cabeza que le permite hablar con su perro que tiene otro (y decían los de Amena que habían inventado el dúo). Pues bien, el perro hace de teléfono móvil del policía. Toma geroma pastillas de goma.

No se vayan todavía aún hay más.

En Steel justice un policía queda traumatizado por la muerte de su hijo en una escaramuza con unos delicuentes. Lo normal. Luego resulta que su hijo se reencarna en un dinosaurio de juguete.


Si en este momento el ejecutivo no ha tirado el DVD por la ventana tendrá premio, cuando papi se mete en líos el nene se transforma en un robot gigante que escupe fuego. De dónde sale tal cantidad de hierro es algo que todavía está en estudio.


Terminator ha dado tanta pasta que lo mejor es copiarlo. Así que alguien se inventó Annhilator sin ponerse colorado, aunque parezca mentira. Unos aliens sustituyen a la gente de un avión por robots sospechosamente parecidos a terminators. Lo bueno es ver como atiza la rubia al protagonista con el brazo que se le ha soltado.


En esa línea tenemos a Scott Bakula en Infiltrator. El típico científico loco se mezcla con un proyecto militar y cuando se mosquea se convierte en algo parecido a mi padre montando el 5.1.


Pero también hay ideas descabelladas en las telecomedias. ¿Cómo repetir el éxito de La extraña pareja? Fácil, juntando dos personajes distintos sin que se note que copiamos y lo titulamos Ethel is an elephant. Sí, has leído bien. Un tipo se encuentra con una elefanta y se la lleva a vivir con él. Se nota que en Manhattan los pisos son más amplios que aquí y que el tipo no ha pensado que a lo mejor a ella le gusta estar encima.


También se te puede ocurrir copiar Cats y para que no se note puedes vestir a la gente de yo que sé... perros. A veces ser actor tiene que bajarte bastante la autoestima. El título chisposo es Una vida de perros (A dog's life).


En Wishman una malvada empresa crea genéticamente un bicharraco humanoide. Ante semejante desatino tratan de eliminarlo pero uno de los científicos se lo lleva a su casa para que lo vea su novia.

What the fuck!

La novia, Linda Hamilton, después de ver al bichejo éste decide emprender una vida de huida con su novio (¿?). No hay quién entienda a las mujeres la mayor parte del tiempo.

Para acabar nada mejor que a un clásico del imaginario colectivo, Tarzán. En Tarzán en Manhattan Tarzán se va a Manhattan (obvio) a desfacer entuertos, allí conoce a Jane que es una taxista. Mientras tanto roba coches de policía que conduce Chita con gran regocijo de alguien que desconozco.


Hay muchas cosas peores pero no me tiraré el pisto de ser un gran gurú de la televisión, así que si quieres pasar 40 minutos divertidos baja un programa que anda por ahí titulado The best TV shows that never were, está en inglés pero se entiende bastante bien y hay cosas que son inenarrables.

18 octubre 2006

La culpa fue de Moira

A falta de que el día 25 salgan las dos últimas Películas para no dormir voy a hacer un pequeño balance. Tenemos una película aceptable (La habitación del hijo), dos bastante malas (La culpa y Para entrar a vivir) y una espantosa (Regreso a Moira). Tengo que decir que la de Balagueró ha ganado algún punto en el ranking porque la de Moira es tan espantosa que hace que lo demás resalte.

La culpa de Narciso Ibánez Serrador y Regreso a Moria de Mateo Gil fallan por dos motivos totalmente distintos pero que acaban en casi idénticos resultados. Una da demasiado y la otra no da nada.

¡Menudo embolao con la Moira!

Mateo Gil, que ya nos dio la terrible Nadie conoce a nadie, ha sido seleccionado para esta serie por razones inexplicables. ¿Quién se leyó su guión y encendió la luz verde? Iker Jiménez está estupefacto. Es un espanto de proporciones bíblicas, pero a diferencia de otros accidentes de este tipo ni siquiera resulta divertida en su malignidad. Este ladrillo es más lento que una película francesa en pausa. El director y su coguionista se marcan un remake de Verano del 42 y crean una película para echar la siesta (fallo de concepto querido Watson). No hay sustos, ni nada, y el final es una estupidez tal que Garzón ya está investigando.

Chicho si sabe de que va esto del terror/suspense y desde el principio va dejando elementos por aquí y por allá. Pero se pasa con la sal y llega un momento que no sabes de que va la película y el argumento cambia a cada minuto. Con lo que pasa como en la de Mateo Gil, casi una hora y no se sabe por donde van los tiros para llegar a un desenlace de traca. Además hay un plano de algo sobrenatural que no pega ni con cola con el final, pero visto el rigor de la serie tampoco es de extrañar. Eso sí, que ningún aficionado al cluedo se lea el reparto o sabrá como acaba la cosa.

Al trastero por enésima vez

En resumen: ¿Qué tiene Moira? Nada. ¿Qué tiene La culpa? Casas inquietantes, vecinos inquietantes, picaportes que se mueven solos, galletas asesinas, lesbianismo, aborto, niños en lugares raros, cosas que desaparecen, trasteros sucios, muebles que se mueven solos y dos huevos duros.

La verdad es que Paco Plaza y Enrique Urbizu lo tienen fácil para aprobar (como poco), ya veremos. Dentro de poco empiezo con Masters of Horror que tiene un esquema similar, ya veré si las comparaciones son odiosas.

11 octubre 2006

¡Me quedo con tu cara!

A lo largo de los años te vas topando con personajes que te caen gordos o directamente los odias. De algunos de ellos ni siquiera he encontrado fotos, sus personajes duermen el sueño de los justos con total merecimiento. A continuación unos cuantos de mis archienemigos del tubo catódico.

Empezamos con el canijo de Con ocho basta. Ese enorme cabezón me daba miedo, de hecho es lo único que recuerdo de la serie. Es el primero de la larga lista de niños odiables de la televisión mundial.


¿Qué hizo el pequeño Nicholas al crecer? Seguramente se metió en el mundo de la farándula y usó como nombre artístico Danny Amatulo.


Se puede ver el continuismo capilar en la búsqueda de llevar en la cabeza un casco alemán. Fama me gustaba mucho pero a este menda no le tragaba. No cantaba ni bailaba (que yo recuerde) porque quería ser humorista pero yo no pagaría ni una antigua peseta por volver a verle el felquillo.

Siguiendo con los humoristas sin gracia tenemos al Joey de Padres forzosos. John Stamos ligaba, Bob Saget era el padre, pero este tipo no pintaba nada. Era baboso a más no poder, daba consejos dignos de galletas chinas y ligaba menos que Rappel en tanga.


¿Quién pudo idear un esperpento semejante? Los creadores se echan las culpas los unos a los otros mientras los danmificados esperamos jugosas indemnizaciones. También esperamos recompensa por la aparición de Frankie Santana en El equipo A.


Si ya teníamos al listo, al guapo, al fuerte y al loco, ¿por qué meter a alguien más? Esta bien que hubiera una chica, pero meter un anuncio de Colgate con patas sobraba de todas todas. Se han tardado décadas en conseguir rehabilitar algo la imagen de los latinos en USA. Cuando llegue al DVD espero que le borren digitalmente.

Nunca vi más de cinco minutos seguidos de Colegio Degrassi. Básicamente había demasiados nerds para mi gusto y siempre que hay un tipo con un gorro me dan ganan de estrangularle.


No se si se metían con él los del equipo de fútbol americano, pero darle un somanta de palos debería ser asignatura obligatoria en su escuela. No esta bien eso de ir provocando. Otro personaje odiable, con el mérito de poder hacerlo durante la infancia y juventud, es Hobie Buchannon.


Si uno veía Los vigilantes de la playa no era para ver como un niño idiota se convertía en una adulto idiota. Para empeorar las cosas según pasaban los años una parte integrante del capítulo era un videoclip suyo. Me dan arcadas solo de recordarlo.

Que nadie se crea que los españoles se libran. Me encantaba Verano azul aunque no soportaba a ninguno de los mayores, solo me gustaban Tito y Piraña.


A pesar de que Javi y Pancho venderían muchas dianas para dardos, el premio se lo lleva Quique. Típico arribista que va al lado del jefe de la pandilla, con personalidad nula, y que está alli para reír las gracias. Su falta de carisma es tan enorme que ni siquiera hay fotos individuales suyas en google. ¡Te lo mereces!

Compañeros tampoco la veía pero en esos zappings aparecía el bueno de Julián. No diré demasiado porque le conocí en persona y en las fiestas del pueblo no se puede decir que fuera el más popular.


Hay más pero creo que ya me he relajado bastante después del atasco de dos horas que me he tragado hoy.

03 octubre 2006

Pero qué me estás contando

Pues ya acabé con 24 aunque me costó. Ver cuatro capítulos del tirón cuando decae el interés es complicado, así que el último lo guardé para el lunes y a los guionistas les digo:


Muchas cosas ya no es que huelan, es que apestan. No es que haya topos en la UAT es que hay topos dentro de los topos, todo el mundo se escapa una y otra vez ante mi indiferencia. De repente se sacan de la manga lo del submarino ruso con personajes que ya estaban eliminados para poder llegar a la cifra mágica de 24 capítulos.

El tema del tiempo otra vez pasa a ser accesorio. Jack Bauer aparece en la UAT como si fuera transportado desde el Enterprise, Logan es malo hasta en la cama y hecha un polvo en tres centésimas de segundo, las medidas de seguridad del presidente tienen una profesionalidad que indignaría a Mortadelo y Filemón.

Por último, los chinos son más rápidos que el correcaminos y en treinta segundos secuestran a Jack, le meten en un barco en alta mar y le pegan una paliza antes de que sean en punto. Sobre que pillen al presidente con el viejo truco del micrófono no entro porque es de vergüenza ajena. El final en sí es el que debería haber tenido la cuarta temporada, pero ahora no se por dónde tirarán porque si pretenden estar un día entero rescatando al protagonista será mejor que llamen a Michael Scofield para que suba el nivel.