Sobre los Oscars

- Owen Wilson es como un personaje de Nip/Tuck. A lo mejor es cosa mía pero su nariz se parece cada vez más a una polla. Ayer hasta se había pintado una raya en la punta para aumentar el efecto.

- John Travolta parece que va a interpretar a un Madelman en su próxima película. Ya se ha pegado una especie de terciopelo en la cabeza para meterse en el personaje.


- Eché de menos que Paul Verhoven entregara el premio a Diablo Cody. La chica parece que estaba un poco incómoda vestida.

-Jaume Figueras sigue siendo cansino. Si no dijo que los Coen montan sus películas 300 veces no lo dijo ninguna.

- Debería ser obligatorio que las actrices estuvieran siempre embarazadas. Kate Blanchet estaba impresionante, lejos de la raspa de sardina que era el año pasado. Jessica Alba estaba jamona.

- Debió de haber un problema en los accesos al centro y Nicole Kidman perdió al ventrílocuo que le mueve la cara.

- Jon Stewart me volvió a gustar. Lo mejor el chiste sobre los meteoritos, el premio al bebé y las alabanzas a la amplitud de registros de Kate Blanchet.

- Daniel Day Lewis y Jason Reitman van al mismo peluquero de fregonas.

- Los Coen parecen dos personajes de Freaks and Geeks.

- La fiesta en los cines Ideal era para mear y no echar gota. Menuda oda a los borrachuzos.

- La emisión del Plus un poco chunga, mutilando el formato y con un audio discutible (por ser amable).

El pingüino y el pez volador

Si alguien sospechaba que Gervais y Merchant ajustaban cuentas en Extras, que no se le pase ver el especial de Navidad. En lugar de ir a lo fácil, no dejan títere con cabeza en la despedida de Andy Millman & Co.


En la serie siempre estaba presente el drama del perdedor mezclado con la comedia, pero en este capítulo hay muchos tramos en los que la comedia desaparece por completo en favor de una crítica feroz a la fama desde todos sus puntos de vista.

Andy ha triunfado pero no es suficiente, además se comporta de la misma manera que todos los invitados de la serie con los no famosos o con los que han caído en desgracia. Necesita más fama pero además el respeto del mundo entero y eso provocará su caída a los infiernos televisivos, materializados en el Gran Hermano de los famosos. Y desde allí Andy dará un discurso demoledor contra los medios, el público y los propios actores.

"Oh, soy un artista, lo llevo en la sangre". Sí, lo llevo en la sangre porque un trabajo de verdad es demasiado duro. Me hubiera gustado ser médico. Demasiado difícil, no quiero trabajar tanto. Me encantaría ser un héroe de guerra, pero estoy demasiado asustado. Así que digo, "Oh, esto es lo que hago". Y tengo alguien acojonado por si mi capuchino está frío o por si alguien me mira mal.

Todos los habituales vuelve a brillar, pero a Ashley Jensen habría que hacerle un monumento. No sé si otra actriz hubiera sido capaz de darle a Maggie ese aire de ternura, desamparo y, por qué no decirlo, estupidez.


El por qué del título del post queda para los que vean este capítulo antológico.

Curso de ética periodística

No puedo hacer demasiada crítica a la gala de los Goya porque la dejé a los veinte minutos. Que empezara con una resumen del año pasado me dejó un poco frío, que le siguiera un absurdo, en el mal sentido, sketch sobre Almodóvar me dejó mosqueado y al poco rato lo quité. Solo me quedó la pregunta de por qué las ganadoras en peluquería iban tan mal peinadas.

Me olí la tostada de que se repetiría lo del año pasado: interminables paseos por el escenario, gente que no se ha molestado en saber que premio entrega y una sobredosis de Corbacho que puede acabar con el más paciente.


Lo que me llamó la atención fue un titular de uno de los telediarios de Tele5 al día siguiente: "El orfanato ganadora global de los Goya", mientras solo aparecían imágenes de Belén Rueda y el equipo de la película. De lo demás ni pío. Luego me acordé de que Tele5 produce El orfanato, no hace falta ser un Tirador solitario para sumar dos y dos. Ande andará Juanjo de la Iglesia.