Cuando todo parecía perdido en la ficción española llegó El Internado Laguna Negra. Uno podía sospechar que era un petardo de serie, sobre todo viniendo de antena3 pero por milagros del mundo moderno han creado un producto hipnótico. El guión no hay por donde cogerlo, cerca del 80% de los personajes ya han demostrado que son idiotas y el 20% restante se convertirá en idiota en las próximas entregas.
Como muestra un botón. La protagonista llama a un periódico para preguntar por un periodista (Montoya) que escribió un artículo hace 35 años, entonces se sorprende de que nadie le conozca. En mi empresa cada año cambia media plantilla, como un día llamen preguntando por Montoya que se vaya preparando. Por cierto, cuando vi aparecer al tal Montoya, un cruce entre Javier Gurruchaga y Robocop, calculé que debió escribir el artículo con 8 años.
El argumento es descacharrante y cada día se complica más. No se puede decir exactamente de que va porque de momento tenemos secuestros, experimentos médicos, monstruos por el bosque, madres con hijos robados, misteriosos investigadores, luces más misteriosas aún, periodistas mancos, bestias mata-caballos, infanticidios y dos huevos duros. Además podemos ver con claridad como van añadiendo las cucharadas al guiso, un poco de Expediente X, Mujeres desesperadas, Prison Break, Harry Potter, Perdidos, culebrón venezolano (sin nombres compuestos)...
Creo que lo único que falla es el título, la serie debería llamarse Deux es Machina. Los guionistas tienen más trucos en la manga que el gran Juan Tamariz y se colocan las corambolas mejor que Fernando VII. Esto da lugar a momentos vergonzantes como que dos chavales acaben en un tejado encontrando un cuaderno que lleva allí más de 30 años. ¿Qué por qué acaban allí? Las quejas al maestro armero.
Los protagonistas actúan de una manera que haría sonrojarse a los personajes de cualquier Viernes 13. Como cuando encuentran un tarro con casi una docena de ojos humanos y lo ocultan, vamos lo normal. Yo en vez de un lámpara de plasma siempre quise unos simpáticos ojos flotando en formol sobre mi mesilla.
Pero la cima de la serie es el personaje de la hermana del gallego. Es un personaje tan meloso que haría vomitar al mismísimo Michael Landon. Si pudieran hacer que tuviese un hijo con el espantoso niño ñoño de la Doctora Quinn saldría el anticristo. Además junto con su amiga de habitación tienen algunos de los diálogos más vergonzantes que he oído nunca. Como diría Groucho, esto lo escribiría hasta un niño de 5 años, ¡que alguien me traiga un niño de 5 años!
Pues este personaje resulta que está tan apenada por la desaparición de sus padres y le gusta tan poco el inernado que quiere dormir siempre con su hermano, tiene pánico. Eso sí, no tiene problemas en irse a un bosque en mitad de la noche o fugarse en una excursión por ese mismo bosque ¡¡para tirar un botella con un ¡mensaje para sus padres!! ¿Nadie le explicó a esta niña en que se diferencia una laguna del mar? ¿Qué clase de educación reciben nuestros hijos? Por si fuera poco no tiene ningún reparo en volverse a fugar de noche para subirse a un coche que le lleve a la isla secreta donde están sus padres (sic).
Lo único que espero que para lucimiento de Amparo Baró llegue una escena en que coja a la niña de la oreja y le suelte "Niña, ¡tú eres gilipollas!". Mientras llega la escena seguiré cada jueves al pie del cañón.
Como muestra un botón. La protagonista llama a un periódico para preguntar por un periodista (Montoya) que escribió un artículo hace 35 años, entonces se sorprende de que nadie le conozca. En mi empresa cada año cambia media plantilla, como un día llamen preguntando por Montoya que se vaya preparando. Por cierto, cuando vi aparecer al tal Montoya, un cruce entre Javier Gurruchaga y Robocop, calculé que debió escribir el artículo con 8 años.
El argumento es descacharrante y cada día se complica más. No se puede decir exactamente de que va porque de momento tenemos secuestros, experimentos médicos, monstruos por el bosque, madres con hijos robados, misteriosos investigadores, luces más misteriosas aún, periodistas mancos, bestias mata-caballos, infanticidios y dos huevos duros. Además podemos ver con claridad como van añadiendo las cucharadas al guiso, un poco de Expediente X, Mujeres desesperadas, Prison Break, Harry Potter, Perdidos, culebrón venezolano (sin nombres compuestos)...
Creo que lo único que falla es el título, la serie debería llamarse Deux es Machina. Los guionistas tienen más trucos en la manga que el gran Juan Tamariz y se colocan las corambolas mejor que Fernando VII. Esto da lugar a momentos vergonzantes como que dos chavales acaben en un tejado encontrando un cuaderno que lleva allí más de 30 años. ¿Qué por qué acaban allí? Las quejas al maestro armero.
Los protagonistas actúan de una manera que haría sonrojarse a los personajes de cualquier Viernes 13. Como cuando encuentran un tarro con casi una docena de ojos humanos y lo ocultan, vamos lo normal. Yo en vez de un lámpara de plasma siempre quise unos simpáticos ojos flotando en formol sobre mi mesilla.
Pero la cima de la serie es el personaje de la hermana del gallego. Es un personaje tan meloso que haría vomitar al mismísimo Michael Landon. Si pudieran hacer que tuviese un hijo con el espantoso niño ñoño de la Doctora Quinn saldría el anticristo. Además junto con su amiga de habitación tienen algunos de los diálogos más vergonzantes que he oído nunca. Como diría Groucho, esto lo escribiría hasta un niño de 5 años, ¡que alguien me traiga un niño de 5 años!
Pues este personaje resulta que está tan apenada por la desaparición de sus padres y le gusta tan poco el inernado que quiere dormir siempre con su hermano, tiene pánico. Eso sí, no tiene problemas en irse a un bosque en mitad de la noche o fugarse en una excursión por ese mismo bosque ¡¡para tirar un botella con un ¡mensaje para sus padres!! ¿Nadie le explicó a esta niña en que se diferencia una laguna del mar? ¿Qué clase de educación reciben nuestros hijos? Por si fuera poco no tiene ningún reparo en volverse a fugar de noche para subirse a un coche que le lleve a la isla secreta donde están sus padres (sic).
Lo único que espero que para lucimiento de Amparo Baró llegue una escena en que coja a la niña de la oreja y le suelte "Niña, ¡tú eres gilipollas!". Mientras llega la escena seguiré cada jueves al pie del cañón.