28 agosto 2007

La mujer tuneada

Tengo debilidad por las series de acción con protagonistas femenimas. Por otro lado, no recuerdo haber visto más que algún capítulo suelto de La mujer biónica, será porque me van las morenas y me preocupaba más de no perderme ni un capítulo de Los ángeles de Charlie, con Jaclyn Smith a la cabeza. Así que con este remake no tienen un fan desmemoriado vengador en contra, además la prota cambia de pelo. Ya me frotaba las manos.

¡Sígueme marinero!

Sin embargo, las cosas no carburan. Espero que sea porque es el piloto. Siempre que hay génesis del héroe, el principio suele ser cansino porque uno quiere ir al meollo, sobre todo cuando sabes que la chica tendrá un accidente y se convertirá en mitad mujer mitad máquina todo bombón. Hasta que llega el ansiado descalabro tenemos que soportar al soso del novio científico. También tenemos a la hermana pequeña de la protagonista, que es sorda para crear más drama, cuya función supongo que será incordiar y ser secuestrada de vez en cuando.


En el bando de los nuevos jefes tenemos a un montón de gente con el ceño muy fruncido y preocupados constantemente. Como enemiga en el piloto tenemos a Katee Sackhoff como mujer biónica beta con los tornillos aflojados y ganas de marcha. Esperemos que mi querida Starbuck no se encasille en papeles de desquiciada aunque se luzca. También hace un cameo Aaron Douglas, pero supongo que los dos dejarán la serie porque tendrán que ponerse con Galactica que es lo que más me interesa.


Tras la recomposición empiezan las carreras y las peleas, el resultado es desigual. Si bien la pelea entre las dos super mujeres está bastante conseguida, la carrera a velocidad de vértigo de la protagonista es de un cutre que tira de espaldas. Supongo que el ponerla a correr a cámara lenta como en la original no les ha parecido correcto, aunque ese efecto en Los vigilantes de la playa siempre quedó resultón. Por supuesto también cuenta con su momento Matrix pero se ahorran decir no hay cuchara para que los más despistados no se den cuenta.

Lo peor del asunto es que el pilloto es aburrido y se hace muy largo, ya veremos si cambian algo del pre-air y mejoran los guiones porque si todo sigue igual me temo que la nueva mujer biónica no se come el turrón.

22 agosto 2007

Ra-Ta-Tui

La verdad es que es mucho más sencillo escribir sobre lo malo que sobre lo bueno. Uno busca una frase ingeniosa aquí, un chascarrillo allí y en un momento está todo hecho. Cuando se trata de explicar por qué algo te entusiasma es cuando empiezan a faltar las palabras. Ser exacto con la descripción de sensaciones que te produce algo es más dificil que sacar el cuchillo de trinchar. Todo esto lo explica mucho mejor Anton Ego, el crítico culinario de Ratatouille, en su reseña final. Es una de las cargas de profundidad de una película que nadie debería perderse.


Pocas pegas, ninguna de hecho, le puedo poner a la versión americana de The office después de haber visto 54 capítulos en dos semanas. Parece que se hubieran alineado los planetas para que todo encaje a la perfección. Ni un solo personaje sobra, todos los actores están perfectos y tanto las historias puntuales como los arcos fluyen con total naturalidad. Nada da la sensación de ser forzado y poco a poco los personajes se quedan para siempre en la memoria.

Por si fuera poco de vez en cuando la serie te regala algún momento en el que te frotas los ojos ante lo que ves. En el capítulo 2x18 - Take your daughter to work day, tenemos lo que podría llamarse a partir de ahora, aunque se rodara antes, un momento Ra-Ta-Tui inmenso con un video que en unos segundos nos deja llenos de ternura y simpatía hacia un personaje que muchas veces nos ha podido sacar de quicio. Toda la vida de un hombre queda a la vista mientras se mira en el espejo de su niñez y ya nunca más podremos echarle nada en cara, ¿o sí?



Dejo el diálogo para los que lo necesiten:

- ¿Cómo te llamas?
- ¡Soy yo! ¡Ése soy yo!
- ¿Cuál es tu asignatura favorita?
- El recreo.
- El recreo. Dime, ¿qué quieres ser de mayor?
- Quiero casarme y tener 100 hijos, para poder tener 100 amigos y así nadie podrá negarse a ser mi amigo.
- Bien. Fue un placer hablar contigo. Volvemos con usted, Srta. Trudy.
- ¿Te has casaso?
- No.
- ¿Por qué no?
- Nunca surgió.
- ¿Tienes hijos?
- No.
- ¿Tienes novia?
- Me va bien.
- ¿Chet era simpático entonces?
- Sí.
- Hasta yo tengo novia.
- Bien. De acuerdo. Está bien.
- ¿No llegaste a ser lo que querías ser?
- Supongo que no.
- Tengo mucho trabajo que hacer así que tomaré una porción de esta deliciosa pizza y me iré a trabajar. Adiós.

20 agosto 2007

You can run but you can't hide

Cuando Douglas Quaid acude a Memory Call a que le implanten su soñado viaje a Marte, el vendedor le pregunta qué ha sido siempre igual en todas sus vacaciones. La respuesta es usted, por mucho que todo cambie siempre era él quien iba de vacaciones.

Los Malloy, unos timadores trotamundos, deciden quedarse con la vida de una pareja de ricos, los Riches, tras un accidente mortal. Con ello pretenden acabar de golpe con todos sus problemas y conseguir una vida mejor. Como dice Wayne: "Podemos robar un sueño. Vamos a robar el sueño americano". El problema es que al final siguen siendo ellos mismos. Por mucho que uno se empeñe, los problemas nunca desaparecen de un plumazo y ni siquiera la vida de la clase alta está libre de contratiempos y frustraciones.


Estos nuevos ricos se dedican a perseguir, con la fe del converso, el supuesto sueño americano. Aunque a estas alturas del partido ya no esté muy claro en que consiste. Usando todo su repertorio de timadores, se dedican a ir tapando las grietas que aparecen en su mentira con una mentira aún mayor, creando una bola de nieve que siempre tememos que les pase por encima. La serie sigue la estela actual de gran parte de la ficción americana de mostrarnos la fachada y la trastienda de las vidas perfectas.

A la cabeza del clan tenemos a Wayne (Eddie Izzard), que más que la caza del sueño lo que le gusta es el desafío, el juego, poder hacer el más difícil todavía. Quiere dejar de hacer malabarismos con naranjas y pasar a las antorchas para después, si puede, lanzar unas sierras mecánicas al aire. Su mujer, Dahlia (Minnie Driver), descubre que la vida acomodada a lo mejor no es demasiado entretenida. Mientras tanto, los hijos se dividen entre los que abrazan esta esperanzadora nueva vida y el descreimiento del mayor que presiente que lo bueno no puede durar. Todo queda reducido al célebre cuidado con lo que deseas porque puedes llegar a conseguirlo.


Emparento la serie directamente con Dexter. En las dos tenemos a criminales con un fachada que se puede derrumbar en cualquier momento y no queremos que eso pase. Esperamos que ganen mientras nos deleitamos con sus actos delictivos. Porque disfrutamos de los timos de los Malloy tanto como de las carnicerías de Dexter. De hecho deseamos que Dexter se salte su código ético y convierta Miami en un sopa de sangre con menudillos. ¿Quién no desea que nuestro serial killer elimine a cada personaje que le da un problema? Sobre todo con el repulsivo marido de Rita.

En resumen una serie recomendable para todos los que alguna mintieron en su curriculum vitae.