06 mayo 2009

Agonía

En un capítulo de Búscate la vida Chris Peterson trataba de batir el record mundial de cosas apiladas sobre un ser humano. Supongo que lo que sentía el personaje será similar a la sensación de angustia que produce ver Synecdoche, New York. Cada escena es un losa más sobre el espectador que ya no sabe si la tortura acabará alguna vez.

Después de leer la sinopsis y adorar El ladrón de orquídeas y Olvídate de mí, esperaba con ganas el debut como director de Kaufman. Pero tras pasar unos 40 minutos con la sensación de que aquello no va a ninguna parte llega la escena definitiva: un personaje se compra una casa con unas características un tanto especiales (no lo diré para no reventar nada a los masoquistas). A partir de ahí se corta la mayonesa y comienza una de las mayores pajas mentales que he visto en tiempos.


Los actores descifrando el guión

Tengo claro que la película creará división de opiniones, pero al que le pareciera difícil el metalenguaje de El ladrón de orquídeas que no se acerque porque va a flipar pepinillos. O a lo mejor es culpa mía que ya estoy demasiado viejo para estas marcianadas. Alguien se puede preguntar que tal están los actores del estupendo reparto que tiene, pero es como preguntarse si el capitán del Titanic iba bien peinado, el barco se hunde amigos, no hay más que hablar.

6 comentarios:

TioVania dijo...

Ni puta idea!

Deckard dijo...

Cuando uno es joven e inexperto se deslumbra con oropeles. Con el tiempo te curarás.

SisterBoy dijo...

Pues que te digo, a mí esta clase de impresiones me producen unas ganas tremendas de ir a ver la peli en cuestión :D

Deckard dijo...

Yo creo que debes, ya veremos si sientes los mismo o no.

Ra está en la aldea dijo...

¡Lo mismo, qué curiosidad!

El Impenitente dijo...

¿No hay crónica eurovisiva?