Ya tengo casi acabada Studio 60 y mientras la veo tengo la misma sensación que con los últimos partidos del Madrid Galáctico: hay chispazos de genio pero no se suda la camiseta. Si el mejor capítulo de una serie es el piloto mal andamos.
El primer capítulo es deslumbrante y lleno de situaciones ocurrentes, te presentan a todos los personajes perfectamente y todo está rodado con largos planos secuencia marca Urgencias o El ala oeste. Para rematarlo acaban con Queen, me tenían en el bolsillo. Sin embargo, a partir del segundo capítulo empiezan las cosas que no me gustan. Lo peor de todo es el divorcio entre lo que nos dicen y lo que vemos.
Jordan McDeere (Amanda Peet) decide recuperar a los antiguos cerebros del programa Studio 60 para devolverle la gloria perdida. ¿Por qué? Porque Matt Albie (Matthew Perry) es un genio y el mejor guionista del mundo mundial, pero resulta que cuando nos cuentan los chistes o vemos los sketches no es que no te rías, es que la sonrisa huye despavorida. Si a uno le da por comparar, por ejemplo, las noticias de Studio 60 con el Daily Show con Jon Stewart se le cae el alma a los pies. La opción lógica, si no eres gracioso, es no mostrar los chistes. Pero se reincide en el error una y otra vez.
Aquí llega otro problema, durante muchos de los capítulos se rellena el tiempo con trozos del programa o con actuaciones musicales que no tienen otra razón de ser que lograr alcanzar los 40 minutos. En otros capítulos hay tramas que son un relleno total, por ejemplo en Día de Nevada, todo lo que ocurre en el estudio sobra porque el interés está a cientos de kilómetros de allí.
Que Verónica Mars sea más lista que el espectador no es un problema, que los chicos de El ala oeste sean más listos tampoco, pero cuando el guionista se proyecta en el programa para decirte que es más listo que tú, puede que se te atragante un poco. Está bien que los programas tengan su ideología más o menos definida, pero Aaron Sorkin se pasa tres pueblos dando lecciones, la serie es demasiado didáctica. Incluso hubo un momento en el que pensé en contar las veces que dicen derecha cristiana, pero tampoco era plan.
En el casting hay una falta de química tremenda entre Sarah Paulson y Matthew Perry y siendo esta relación una de las bases del tinglado, hace que la torre de Pisa se siga inclinando. ¿Por qué la sigo viendo? Porque me gustan Matt y Danny, aunque si no fueran interpretados por Perry y Whitford no sé si los aguantaría. También me gusta el presidente de la cadena, Jack Rudolph, y Amanda Peet está excelente. Por ellos sigo, aunque tengo que hacer un esfuerzo y eso no es bueno, por eso la gente se fue yendo de Studio 60.
Mientras Sorkin y los suyos pensaban en ganar la liga usando solo el escudo de la camiseta, llegó un equipo pequeño y se llevó el título. 30 Rock (lo del número parece hasta una coña) con la mitad de duración y muchísimas menos pretensiones, nos muestra casi lo mismo del funcionamiento interno de una cadena de televisión. Esta sitcom te da un codazo cómplice en lugar de sacar un pizarra y explicarte las cosas como si tuvieras cinco años. Con quién prefieres pasar el rato, ¿con los colegas o con la señorita Rottenmayer?
El primer capítulo es deslumbrante y lleno de situaciones ocurrentes, te presentan a todos los personajes perfectamente y todo está rodado con largos planos secuencia marca Urgencias o El ala oeste. Para rematarlo acaban con Queen, me tenían en el bolsillo. Sin embargo, a partir del segundo capítulo empiezan las cosas que no me gustan. Lo peor de todo es el divorcio entre lo que nos dicen y lo que vemos.
Jordan McDeere (Amanda Peet) decide recuperar a los antiguos cerebros del programa Studio 60 para devolverle la gloria perdida. ¿Por qué? Porque Matt Albie (Matthew Perry) es un genio y el mejor guionista del mundo mundial, pero resulta que cuando nos cuentan los chistes o vemos los sketches no es que no te rías, es que la sonrisa huye despavorida. Si a uno le da por comparar, por ejemplo, las noticias de Studio 60 con el Daily Show con Jon Stewart se le cae el alma a los pies. La opción lógica, si no eres gracioso, es no mostrar los chistes. Pero se reincide en el error una y otra vez.
Aquí llega otro problema, durante muchos de los capítulos se rellena el tiempo con trozos del programa o con actuaciones musicales que no tienen otra razón de ser que lograr alcanzar los 40 minutos. En otros capítulos hay tramas que son un relleno total, por ejemplo en Día de Nevada, todo lo que ocurre en el estudio sobra porque el interés está a cientos de kilómetros de allí.
Que Verónica Mars sea más lista que el espectador no es un problema, que los chicos de El ala oeste sean más listos tampoco, pero cuando el guionista se proyecta en el programa para decirte que es más listo que tú, puede que se te atragante un poco. Está bien que los programas tengan su ideología más o menos definida, pero Aaron Sorkin se pasa tres pueblos dando lecciones, la serie es demasiado didáctica. Incluso hubo un momento en el que pensé en contar las veces que dicen derecha cristiana, pero tampoco era plan.
En el casting hay una falta de química tremenda entre Sarah Paulson y Matthew Perry y siendo esta relación una de las bases del tinglado, hace que la torre de Pisa se siga inclinando. ¿Por qué la sigo viendo? Porque me gustan Matt y Danny, aunque si no fueran interpretados por Perry y Whitford no sé si los aguantaría. También me gusta el presidente de la cadena, Jack Rudolph, y Amanda Peet está excelente. Por ellos sigo, aunque tengo que hacer un esfuerzo y eso no es bueno, por eso la gente se fue yendo de Studio 60.
Mientras Sorkin y los suyos pensaban en ganar la liga usando solo el escudo de la camiseta, llegó un equipo pequeño y se llevó el título. 30 Rock (lo del número parece hasta una coña) con la mitad de duración y muchísimas menos pretensiones, nos muestra casi lo mismo del funcionamiento interno de una cadena de televisión. Esta sitcom te da un codazo cómplice en lugar de sacar un pizarra y explicarte las cosas como si tuvieras cinco años. Con quién prefieres pasar el rato, ¿con los colegas o con la señorita Rottenmayer?
7 comentarios:
a Sorkin se le fue la pinza? quizás lo que motiva el inició de la série sea demasiado personal? (alguien sabe por que lo echaron de West Wing).
sigo pensando que los Joshua, Tobies, Seaborns y Donnas (en especial Donna) les darían una soberana paliza a los protagonistas de Studio60.
http://tiovania.blogspot.com/2006/10/un-bonito-cadver.html
aunque a vannia la série le gustó...
Yo creo que das en el clavo en tú crítica: "Aaron Sorkin y Thomas Schlamme, dos intelectuales de Hollywood orgullosos de serlo y muy contentos de haberse conocido."
Creo que hay demasiado egocencrismo en la serie y poca autocrítica. Quieren dar demasiadas lecciones y no es plan de que te digan constantemente lo que está bien y lo que está mal.
De todas maneras ya digo que hay que cosas que me gustan y llegaré al final. Menos da una piedra.
30 Rock es a Studio 60 lo que Scrubs a Anatomía de Grey: debería haber sitio para todos. Es cierto que lo que parece haber condenado a Studio 60 es ese tono de superioridad moral que me resultaba tan irritante que casi siempre acababa dándole la razón al personaje de Sarah Paulson (yo, que rompí todas mis fotos de primera comunión para no dejar pruebas).
En cuanto a los elogiados episodios finales [ALERTA SPOILERS] la solución no era convertir la serie en una versión reducida de 24 o de... El Ala Oeste.
...
30 Rock es una serie divertida, pero The Office es una serie para la historia, hay que decirlo más.
Suscribo todo excepto lo de los 12 capítulos. No he tenido tanta paciencia. Sentía que estaba haciendo un esfuerzo y no es plan.
De Studio 60 sólo vi el piloto, así que no puedo añadir más.
Pero "30 Rock" me parece de lo más divertido (y eso que tampoco muestran demasiados sketches), y le hace falta bastante apoyo, porque es otra que no termina de conectar con la audiencia.
Nelson, tal vez no había sitio para todos porque Sorkin tenía el pecho demasiado hinchado. Yo comparto la mayoría de sus ideas políticas (por lo que veo aquí y en El Ala Oeste) pero su actitud de repelente niño Vicente es irritante.
macguffin, yo es que no recuerdo prácticamente ningún sketch de 30 Rock, ellos dicen que son graciosos y ya está. En Studio 60 te dicen que son graciosos y cuando los ponen no lo son.
el problema de los gags en Studio60 es alarmante.
Sorkin nunca ha sido un cómico. Ni lo era en "Sports Night" (http://www.imdb.com/title/tt0165961/)
ni después (otra cosa es que sea cínico o pueda hacer bonitos juegos de palabras o algún que otro slapstick).
el carisma de los personajes es otro handicap. a parte de los cuatro protagonistas (Matt, Danny, Jordan (tampoco es que sea Donna) y Jack) los demás tienen el mismo carisma que el zapato que se zampaba Charles Chaplin en "La quimera del oro".
a ver si en futuros proyectos (pa' cuando "Charlie Wilson's War") está más inspirado...
Publicar un comentario