Iba a dedicar un post a Californication pero tendrá que esperar al año que viene. Ahora que básicamente ya no tengo nada que ver, he empezado con la segunda temporada de Dexter. Si la primera ya fue excelente, el principio de ésta es espectacular. De momento solo llevo dos capítulos, así que me imagino que el resto seguirá en un crescendo brutal.
Si uno confiaba en algo, era en la infalibilidad de Dexter. Sin embargo, como aperitivo, vemos como su instinto asesino se pierde entre sus traumas sin resolver. Así que asistimos perplejos a una cadena de errores que nos tienen con el corazón en un puño. Porque ante todo no queremos que lo atrapen, no porque sea simpático, si no porque la serie nos enfrente a nuestra propia ética, como Los Soprano, y nos demuestra que no somos tan puros como podemos pensar. Muy en el fondo puede que haya algo que no nos guste conocer y llegar allí a lo mejor nos hace dedicarnos a tirar balones fuera como Rosa Montero.

Lo que sigue presente es la perpetua extrañeza que siente el protagonista hacia las relaciones humanas, no hay más que ver su última conversación con Rita (que parece haber perdido la dulzura para siempre). Y por supuesto ahí está el sutil humor negro que se gasta Dexter.
Debra: No sé como logras que ésto no te afecte.
Dexter: Yo soy más de llorar por dentro.
Ahora Dexter se enfrente a ser descubierto y curiosamente esto le hace sentirse vivo por una vez en la vida. El momento que lleva esperando desde que empezó su carrera está a punto de llegar y ahora tendremos que descubrir con él si está preparado para el envite. Agárrense que vienen curvas.
Si uno confiaba en algo, era en la infalibilidad de Dexter. Sin embargo, como aperitivo, vemos como su instinto asesino se pierde entre sus traumas sin resolver. Así que asistimos perplejos a una cadena de errores que nos tienen con el corazón en un puño. Porque ante todo no queremos que lo atrapen, no porque sea simpático, si no porque la serie nos enfrente a nuestra propia ética, como Los Soprano, y nos demuestra que no somos tan puros como podemos pensar. Muy en el fondo puede que haya algo que no nos guste conocer y llegar allí a lo mejor nos hace dedicarnos a tirar balones fuera como Rosa Montero.

Lo que sigue presente es la perpetua extrañeza que siente el protagonista hacia las relaciones humanas, no hay más que ver su última conversación con Rita (que parece haber perdido la dulzura para siempre). Y por supuesto ahí está el sutil humor negro que se gasta Dexter.
Debra: No sé como logras que ésto no te afecte.
Dexter: Yo soy más de llorar por dentro.
Ahora Dexter se enfrente a ser descubierto y curiosamente esto le hace sentirse vivo por una vez en la vida. El momento que lleva esperando desde que empezó su carrera está a punto de llegar y ahora tendremos que descubrir con él si está preparado para el envite. Agárrense que vienen curvas.